Muchas veces cuando una paciente quiere empezar un tratamiento conmigo y le digo que no la voy a pesar, me pregunta “¿ok mag, pero si no me peso, como nos vamos a dar cuenta de cómo vengo?”
Y claro, ¡entiendo la duda y la inquietud! Mi respuesta es la siguiente: “tengo muchas maneras de darme cuenta si venis bien o no”, por ejemplo, evaluando:
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tu nivel de energía
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tus síntomas digestivos
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tus valores de laboratorio
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tu percepción corporal
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tu estado de ánimo
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la relación de tus emociones y tu manera de comer
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el nivel de pensamientos asociados a comida
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la variedad de alimentos incluidos en tu alimentación
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el nivel de placer y disfrute
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tu nivel de movimiento
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la ausencia de excesos y de atracones
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tu nivel de descanso
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tu nivel de flexibilidad
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tu seguridad
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tu autoestima
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tu libertad
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etc
Todos estas variables que te comparto, me dicen mucho más que el número de cualquier balanza. Cuando estas variables mejoran, puedo asegurarme de que la persona está ganando salud y calidad de vida.
Ahora bien, si el objetivo del tratamiento está centrado en el peso y con el tiempo la persona se acerca al peso que quiere, eso lo único que me dice es que “la persona está acercándose al peso que quiere” y nada más!!! De ninguna manera me garantiza que esté ganando salud!!
De hecho, muchas veces una pérdida de peso viene asociada con variables de pérdida de salud como: aumento de rigidez y de aislamiento social, temor a comer ciertos alimentos, bajo nivel de energía, dificultad para dormir, realizar ejercicio como método compensatorio, desconexión con el placer, etc. ¿Lo ves?
¿Cómo cambiaría tu vida y tu día a día si en vez de proponerte bajar de peso te propones…..
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ganar salud?
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perder el miedo a comer?
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aprender a escuchar tus niveles de hambre y saciedad?
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ser flexible con tus ingestas?
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aumentar tu nivel de energía?
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mejorar tu calidad de sueño?
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disfrutar del placer de comer?
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variar tus comidas?
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etc?
Espero sembrar en ti una semilla de reflexión al respecto!
¿Qué pensas? Me encantaría leerte ;)